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En el mercado existen cremas y bálsamos naturales que van de perlas para las trufas caninas como la vaselina o algún lubricante acuoso. Se quitó el uniforme, quedándose con la camiseta de tartán rojo y los calzones interiores de lo mismo; se lió a la cabeza un pañuelo de hierbas; se comió un chorizo; luego bebió del café caliente que de la hoguera próxima trajeron los soldados, y tartamudeando las buenas noches se entregó a un sueño profundo. A estos les tiraba más la sociedad de sus compañeros que la de personas de superior clase, y se fueron al amor de la hoguera, donde asaron batatas y se regalaron con café y charla sabrosa, hasta que el sueño les llevó a la querencia de sus camastros. Tú estás enfermo, Juan -contestó el otro-; tienes la malaria de los campamentos, quizás nostalgia de personas y afectos que has dejado allá, en esa Berbería bautizada que llamamos España. Pero hay que esperar un poco, Juan.

Amado no sabía lo que le pasaba; pero más se admiró cuando vio a un rey joven y hermoso con corona de oro abrirle también los brazos, y pudo reconocer en él a Ignoto, el leñador de la selva. La Humanidad es joven. Con un aroma intenso y característico, y un sabor delicado y terroso, las trufas son un tesoro culinario. Mi piedad borra las nacionalidades y el abolengo, que no son más que artificios. ¿Y cómo me explico que siendo para mí tan antipático y repulsivo el ver a hombres matando sin piedad a otros hombres, me hayan encantado las carnicerías de Clavijo, Calatañazor y las Navas de Tolosa? Pues ya tienes en planta la guerra: o los hombres riñen, o dejan de ser hombres; ya tienes un vencedor y un vencido. Pero un día, en pleno éxtasis paradisíaco, dos hombres de mal genio o dos grupos de hombres se disputan el fruto de una encina o el chorro de una fuente. En Francia y en otros Estados quisieron imitarlo; pero en tres o cuatro años, y con franceses poco disciplinables, no se podía hacer lo que en eincuenta con prusianos; se llegó en Francia a variar los movimientos casi casi a cada revista, de suerte que los oficiales y los soldados, con ejercicios nuevos mal sabidos y enteramente distintos unos de otros, no habían aprendido nada ni tenían en realidad disciplina ni preparación algunas.

Si deseas leer más artículos parecidos a Enfermedades en el hocico de los perros, te recomendamos que entres en nuestra sección de Otros problemas de salud. Es la primera, la trufa negra del Périgord, del latín Fresco Tuber Macrosporum melanosporum, que es el famoso "diamante negro". La trufa es una parte muy sensible del can que en cualquier momento puede verse afectada. Para verla en la mayor edad y en estado de plena razón y juicio sereno, hemos de esperar hasta el siglo Cuarenta y tres, que es, como quien dice, pasado mañana por la tarde. ¿Has observado el estado de la nariz de tu perro? La punta de la nariz del perro se conoce con el nombre de trufa. ?Por qué a mi perro se le decolora la nariz? Existen tratamientos medicinales, remedios naturales y cuidados que sí son efectivos contra la sarna y no dañan al perro. Todos los perros -dijo Angélica- no son amigos del hombre. «No sabes, Perico, cuánto me alegro de verte -dijo Santiuste-, ni qué ganas tenía de charlar contigo. Debido a que crece a mayor Fresco Tuber Macrosporum profundidad y a que la temperaratura en la época de maduración es inferior presenta un mayor aroma y sabor que la anterior por lo que resulta más cara. Las grasas casan muy bien con su aroma.

Yo te aseguro que al ver en estos días el sinnúmero de muertos destrozados por las balas, no he sentido más lástima de los españoles que de los moros. El origen del perro doméstico (Canis lupus familiaris) está estrechamente ligado con el del ser humano, pues se estima que convive con nosotros desde hace más de 10.000 años. Hai algo que no olvida jamás el montañés al recorrer las cordilleras del sur, i es el fijarse en la clase de árboles que va a atravesar, pues según la especie así es la facilidad o dificultad que ofrece el bosque que bajo ellos se cria, para ser atravesado. En 1890, se plantaron 75.000 hectáreas de árboles productores de trufas. Lo que necesitas, es mezclar en la licuadora: tres tazas de fresas picadas, una taza de mantequilla y azúcar al gusto (depende que tan dulces quieres tus trufas). El azúcar aporta un sutil dulzor a las trufas, mientras que la nata aporta una textura suave y aterciopelada a la trufa. Busca cualquier cambio de color o textura que no parezca normal. Yo respeto esa idea; pero digo y repito que no amo la guerra, que me es odiosa, y me planto en el principio de no matar.